Es uno de los vinos más sofisticados del mundo, por eso es fundamental saber reconocer una champaña de calidad. Su historia se remonta a los comienzos del siglo XVIII, cuando empezó a realizarse en la región de la champaña (Francia). Se trata de un vino espumoso elaborado a base de distintos tipos de uva y, aunque suele ser blanco, también podemos encontrarlo rosado. La elaboración de la champaña se puede realizar a través del método Champenoise, método Charmat o método Rural. A continuación mencionamos tres criterios fundamentales para poder identificar una champaña de gran calidad:
Criterios visuales
• Debe tender a tener un color pálido, tanto si se trata de un vino blanco o rosado.
• La burbuja ha de ser pequeña y tiene que subir muy despacio. Esto nos indica el grado de integración y si se trata de una larga crianza.
• Si las pequeñas burbujas se acumulan en el cristal de la copa se trata de una champaña fresca y en buen estado de conservación.
Criterios aromáticos
• Una buena champaña debe ser aromática.
• Las más sofisticadas deberían presentar gamas de fruta fresca como limón, manzana o peras fusionadas con otras, como productos de panadería o frutos secos.
• La buena champaña debería evolucionar y ofrecer distintos aromas con el paso del tiempo después de ser servida.
Criterios en paladar
• Si realmente se trata de una buena champaña, deberá deslizarse suavemente por el paladar con una textura cremosa y con cuerpo.
• Debe ofrecer una acidez de calidad, siendo refrescante pero no agresiva.
• El gusto a fruta tiene que estar siempre presente. Debe aportar frescura en la boca y dejar un final largo y gustoso.