Vender y posicionar los vinos en el mercado interno resulta cada día más complejo y  los referentes de la actividad de distintas zonas vitivinícolas afirman, que la competencia es muy complicada y en muchos de los casos con una marcada desigualdad. El mercado está cada vez más saturado y complicado de productos de distintas bodegas,  además de una retracción en el consumo. Los argentinos tomamos anualmente 23,68 litros de vino per cápita, 70% menos que hace 40 años. Aun cuando el mix de compra de vinos ha cambiado  (producción de  vinos de calidad superior), lo cierto es que el 47% del vino que se consumió años atrás se hizo en Tetrabrik. Solo el 6% de los vinos que comercializan los Súper, Híper y Vinotecas  son vinos Premium, es decir todos aquellos que superen los $ 110. Lo que está pasando es que el consumidor está consumiendo menos y en menos ocasiones, pero pretende una mejor calidad del producto y de bodegas no tradicionales. El consumidor de vinos Premium no se ha volcado a tomar vinos más baratos, sino todo lo contrario, es simplemente  que se toma menos o en otros lugares. Muchas veces el consumidor prefiere, en vez de consumir una botella en el restaurante, lo hace en su casa por diferentes motivos (por altos costos, controles de alcoholemia, etc.).