Los más reconocidos chef del mundo, saben muy bien que para la elaboración de un excelente menú, es mucho más eficiente y aconsejable hacerlo para un número inferior a diez comensales que para cien, esto les asegurará el éxito. Del mismo modo sucede con el vino, a menor cantidad de volumen de producción, mayores son las posibilidades para que el mismo resulte de excelente calidad. Hay que tener en cuenta tres aspectos fundamentales como:
Infraestructura no siempre equivale a trayectoria y experiencia.
Buen precio no siempre equivale a económico.
Marca no siempre equivale a calidad.
No siempre la conjunción de los tres ítems (infraestructura, buen precio y marca), a las cuales las primeras marcas suelen hacer referencia constantemente para cautivar a los clientes. Hoy se están en busca de productos de las bien llamadas bodegas boutiques y/o familiares, que lamentablemente no son conocida en el mercado interno por cuestiones presupuestarias. Con mucho esfuerzo y con gran éxito se dedican a comercializar generalmente sus vinos en lugares selectos y exclusivos y, en muchos de los casos en el exterior. Por lo tanto estos productos muchas veces igualan o superan en muchos casos a las grandes firmas, por su trayectoria, experiencia, valor comercial y muy especialmente por la calidad de un producto genuino.